28 de mayo de 2021

Mui grandes noit' e dia

Cántiga 57 de las Cántigas de Santa María.

Dice la introducción: Ésta es de cómo Santa María sanó a los ladrones que habían sido lastimados porque habían robado a una dama y su compañía que iban en peregrinación a Montserrat.



Por ende, de noche y de día

debemos dar muy grandes gracias

a Santa María, 

porque defiende

a los suyos de daño

y sin engaño

a salvo los guía.


I

Y sobre esto queremos contar

un milagro precioso,

porque sabemos

que será escuchado

por los que a la Virgen santa

aman, porque quiebra

siempre a los soberbios

y a los buenos impulsa

y les da seso (juicio, inteligencia)

y paraíso

con toda alegría


II

En Monserrat, hizo un milagro,

que muy lejos suena,

si la Virgen me ayuda [a recordar],

para una buena 

dama que en la montaña

de allí muy grande y extraña

descendió a una fuente

con toda su compañía,

para que ahí comieran,

desde ahí descansaran

y siguieran su camino.


III

Cuando estaban comiendo

junto a aquella fuente,

hacia ellos corriendo mucho

salió bien de ese monte (matorral, arboleda)

Raimundo, un caballero,

ladrón y guerrero, 

que de cuanto traían

no les dejó dinero

sin robar

y sin tomar

con su compañía.


IV

La dama inmediatamente,
luego de que le robaron,

se fue de allí con su gente

muy triste y muy afligida;

a Montserrat muy de prisa

llegó esa mezquina,

dando grandes gritos:

Santa Virgen, Reina,

dame venganza

por esta injuria 

en tu romería "


V

Y los frailes salieron

de los gritos que daba;

y cuando escucharon esto,

el prior cabalgaba

corriendo y fue muy pronto,

y pasó una pendiente 

y vio junto a la fuente

una gran hueste de ladrones

yacer tan heridos,

ciegos, jorobados,

que ninguno se levantaba.


VI

Entre estos ladrones

vio yacer a un villano

de esos más malhechores,

con una pata de gallina en la mano,

fiambre 

que había arrancado con hambre

entonces de una empanada,

que uno bajo su capa

comer había querido;

pero no había podido,

porque Dios no lo quería.


VII

Pues se le había atravesado [la empanada]

bien desde aquella hora

cuando en comer había pensado,

que adentro ni afuera

podía sacarla

ni comerla ni pasarla (¡¡¡¡se atragantó!!!!);

además yacía ciego

y también mudo sin habla

y muy maltrecho

por aquella situación (= el robo),

pues lo merecía.


VIII

El prior y sus frailes

pues así que hallaron

a los ladrones

heridos por sus maldades,

ordenaron que inmediatamente

fuesen llevados de allí, atravesados

en las bestias que trajeron,

ante el altar postrados,

que allí muriesen,

o se salvasen

si a Dios le placía.


IX

Y después de que trajeran

a los ladrones ante el altar,

por ellos oraciones

y plegarias dijeron.

Y luego hubo 

ojos, pies y manos sanos;

y por ende juraron

que nunca a los cristianos

jamás robarían,

y se alejarían

de esa locura.


Traducción de Graciela Carro

Versión en "Amores vírgenes y un caballo": ¡estrenamos versión completa con sus 9 estrofas! Como cuenta una historia decidimos actuarla para que se entienda mejor la letra. Después de un rápido testeo ante algun@s familiares y amig@s, decidimos agregarle algunos intertítulos para que se comprenda con mayor claridad. El video está plagado de perlitas que iremos comentando.


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